Tal como eres y soy, me asalta el miedo de caer en un vacío de
ilusiones... como cuando los malabaristas en las alturas hacen su acto
sin mirar al suelo, y sabrá Dios si hay red.
Pero el macho es macho y continúa deleitando a las masas con una
sonrisa, mientras por dentro solo ruega que su pie no resbale.
Mi pie sigue resbalando, una y otra vez... y tal cual acto de magia la
audiencia me ve recuperarme con una sonrisa, aunque mis tobillos estén
magullados ya.
Es detrás del telón, lejos de los aplausos y los barullos, que me lamo las
heridas en absoluta soledad, lo cual me resulta perfecto, as